La tecla

 

Pasó por mi mente esta noche, descansando entre diseño de páginas y hablando con RRA:

Puede ser difícil de entender.  O no…

 

Algunos piensan que lo que no es aparentemente correcto, has de dejarlo porque, ¿quién eres tú para decidir si lo que haces está bien o mal? Ya, pero cuando el grado de exigencia contigo mismo es tan alto, los trenes de la felicidad pasan con cuentagotas. Y cuando pasan, te tienes que subir en marcha, porque el resto de destinos te parecen lejanos a tus expectativas. No se trata de recibir lo que mereces, se trata de recibir lo que quieres. Y a veces se quiere más de lo que se merece, solo que si tienes la suerte de haber conseguido (casi) siempre lo que querías, el cuento del conformismo y lo correcto no te lo puedes tragar.

 

Al final, la mentalidad aspiracional se abandona por falta de expectativas o por miedo al fracaso. Si no se cumple ninguna de estas condiciones, es lícito querer más, buscarlo y luchar por conseguirlo. Cuando la recompensa a esta mentalidad queda tan cerca, no tiene sentido abandonarlo por una cuestión ética o moral, aunque siempre queda la opción de minimizar los daños, siempre que sepas que el tiempo juega a tu favor.

 

Porque encontrar la tecla es difícil, pero más difícil es encontrarla y renunciar por el contexto. 

 

La canción de hoy: «Fare the well, Miss Carousel» – Townes Van Zandt –

 

El coche de hoy: Mercedes 350 CL

Imagen

[Creo que ya lo puse en otra ocasión, podría ser la primera vez que repito. Aunque pienso que era el 500 CL. En cualquier caso, si lo puse antes, me da igual. Las joyas nunca sobran].

 

Salsa de soja

Pasó por mi mente el domingo pasado, en el 29 Fanegas:

Sabía que me gustarías incluso más. Sabía que le darías sabor a mis platos imaginarios. Sabía que me sacarías una sonrisa, o dos, o tres, o todas. Sabía que Madrid volvería a entregarme a tus encantos. Sabía que los volvería a buscar. Sabía que querría probarte otra vez…hasta sentirme culpable.

Salsa de soja, me has conquistado.  Ahora solo tienes que ponerle tu nombre a mi paladar.

 

La canción de hoy: «Never gonna be another» – Jamiroquai

 

El coche de hoy: Aston Martin DB5

Imagen

Límites, ¿existen? SÍ.

 

Pasó por mi mente ayer, a las 2:15 am:

Será cierto que la situación es la que es, y que lamentar un día de trabajo estresante es para muchos poco más que un insulto, como si recibir una nómina a fin de mes fuese razón suficiente para aguantarlo todo. Hasta hoy, salir de la oficina era mi último gramo de trabajo diario. Llegar a casa, motivo de desconexión – no siempre -, de ocio, relax, whatever. Todo bien.

Hoy no. Hoy probablemente haya sobreestimado mis capacidades; o mejor dicho, haya infravalorado mi necesidad activa. Mi necesidad de leer blogs y revistas de coches, de la XBOX, de salir, de hablar, de imaginar despierto. Más de un mes de días de diario sin llegar a casa «libre», a pesar de que el trabajo 9-to-17 lo permite.

Los Centros Comerciales, las cadenas de favores y esa habilidad que amigos y familiares entienden como fácilmente «mandable» para hacerlo «cuando puedas» porque «a ti se te ocurrirá algo» están acabando conmigo, con mi tiempo, mis horas de sueño y, por qué no decirlo, con mis fines de semana. Llegar el viernes a las 14:00 y ver como el cansancio te impide dormir o hacer planes a partes iguales me resulta insoportable. Salir a cenar y querer volver a las 2:00 está muy lejos de mi manual de comportamiento. Y no, no son los 30.

Me planteo seriamente una pregunta para la que siempre creí tener respuesta. ¿Merece la pena ganar más dinero ASÍ?

Sé que no, como también sé que lo seguiré ganando con mucho menos esfuerzo cuando termine un par de proyectos, pero lo escribo, lo pienso y me siento mejor.

También me siento mejor por más cosas (tengo que decirlo, porque es así…), Supongo que de ahí nace la poca vitalidad que me queda para mover los labios y decir (o mover los dedos y escribir) cuatro cosas que pasan, pasan y vuelven a pasar por mi mente el poco tiempo que está despejada.

 

La canción de hoy: Hoobastank – «The Reason» (a ver si me acuerdo de como se insertan los códigos):

 

El coche de hoy: Nissan Datsun 240z

1972_datsun_240z-pic-8302120352386001586

 

 

Excepción y cuenta atrás

Pasó por mi mente anoche, recordando momentos…

Esto es como un acto reflejo suspendido en un texto de cinco minutos. Dentro de unas seis horas, se cumplirá un año del punto de inflexión drástico, realmente no tan dramático si separamos los acontecimientos y, sumándolo todo, probablemente necesario. Algo tiene de paradójico e irracional pensar que aquel suceso tuviese un gramo de beneficio a medio-largo plazo.

Las cosas pasan por algo. No es el destino porque no van conmigo esos intangibles, pero sí un toque de atención al vacío sobre aquellos días, llevando al extremo y más allá de lo aconsejable el «I never think of the future…it comes soon enough» de Einstein. Lejos del propósito de aquella identificación con el genio, sumergido en una dinámica negativa y prendado de qué, de quién, cómo y cuándo no debía acabé por sobrepasar el límite el día en que la suerte jugó a mi favor.

Sin la facilidad de agradecer nada a nadie, el instinto de supervivencia y esa confianza innata en la suerte ha ido compensando paulatinamente el último trimestre de 2012 hasta llegar a un momento en el que, un año más tarde, y probablemente sin haberlo merecido tanto como otros, me veo en mitad de la montaña que el pasado 4 de noviembre observaba sin ni siquiera ver la cima desde la superficie.

Menos impulsivo, habilitado para reflexionar, más en forma que nunca (para qué negarlo) y con tiempo de sobra para pensar y actuar, ya sólo me queda recuperar esas sensaciones con la suficiente sangre fría para evitar aquellas miserias y el suficiente espíritu para pasarlo bien.

Dentro de 321 días las deudas se habrán invertido y todo será menos existencial…

La canción de hoy: «Crazy in Love (2013)» – Beyoncé/ RedHorse

El coche de hoy: Nissan Skyline GTR 34

Imagen

Últimos kilómetros por las carreteras secundarias

Pasó por mi mente hace varias semanas:

A principios de julio del año pasado escribí esto: http://bit.ly/15H0eyf, tras una noche distinta, un amanecer rápido en RPM, sin dormir, con estéticas vistas y, por supuesto, por carreteras secundarias. El objetivo era dejar rastro en un sitio «seguro» (evitando los papeles que nunca encuentro) de ciertas cosas que de vez en cuando pasaban por mi mente. Casi 11 meses después y tras unas 70 disertaciones, creo que todo ha cambiado tanto que tengo más motivos para dejarlo – temporalmente, supongo – hasta dentro de aproximadamente un año – que para continuar.

Más allá de todo lo ocurrido en este tiempo, que ha sido mucho y muy concentrado – demasiado, creo – puedo decir que al menos la mitad de lo que he escrito durante este tiempo ha surgido recorriendo calles, carreteras y autovías. Supongo que la libertad, los paisajes, la capacidad de reflexión/decisión que te permite el simple hecho de conducir (ante la imposibilidad – además – de combinarlo con otra cosa) ha dado más frutos de lo esperado a nivel literario. Y más de un diálogo interior o con otra persona se ha quedado olvidado en ese triste amasijo de hierros, en el Mini y en el 523.

Al margen de esto, creo que LCS ha cumplido con varios objetivos. Escribir de vez en cuando, creerme lo que escribo, inventar varias teorías/conceptos no muy novedosos pero sí imprescindibles una vez se aplican y, como dije antes, hacer el papel de «archivo» para cuando quiera recordar algo de lo que ha pasado por mí.

Sé que este blog no ha tenido un papel decisivo en mi vida y que estas palabras no suponen gran cosa en realidad, pero sí fijan un marco temporal en el que he aprendido de los errores, de los propios y de los ajenos. He conseguido volver a ser el Miguel que se fue a Madrid y luego a Bristol, el de antes de septiembre de 2010, el de antes de aquella etapa de la que tantas conclusiones – a la larga positivas – he sacado tras mi paso por el estresante mundo de la agencia más importante de Murcia y a su vez la menos adecuada para mi forma de ser. No es que me arrepienta de nada porque creo que hay cosas que tarde o temprano pasan, pero vivir así me ha hecho perder muchas cosas y poner en peligro otras. Por suerte nada de ello es irreversible.

Para terminar, no puedo imaginar una canción mejor para despedirme que esta. El concepto no va más allá del título, pero resume muy bien lo que han sido estos 11 meses intensos, geniales en lo personal, desastrosos en lo material y didácticos en los placeres de la vida.

Possessions make you rich? I don’t have that type of richness. My richness is life.

 

La canción de hoy: «Caramelos con droga» 

 

El coche de hoy: Porsche 911 50th aniversary

Porsche 911 50th years

Brain connection

Pasó por mi mente hace cinco minutos, tras llegar a casa y…

Comprobar que mis palabras de hoy se han perdido misteriosamente en el horizonte de WordPress. Según las estadísticas, nadie lo ha podido leer, yo no tengo el archivo y me niego a reescribirlo porque jamás será igual. No creo en las señales pero sí en aquella suma de casualidades, por tanto haré como si nunca lo hubiese escrito, una especie de secreto conmigo mismo y con quién compartí espontáneamente aquello. Cambiaré también la canción y el coche. ¡Olvidado!

Aprovecharé simplemente para inmortalizar una frase sorprendente de parte de una persona igual de sorprendente. No daré las siglas, no es necesario.

«Cada año es distinto, y todos los días parecen iguales» (*era la esencia, no consigo recordarla con exactitud!!)

La canción de hoy (hoy más que nunca merece la pena escucharla): «Sleepless» – Flume ft. Jezzabell Doran

El coche de hoy: Lincoln Continental 61 (no estoy seguro de su denominación)

Imagen

 

Quique González

Pasó por mi mente esta tarde, escuchando «Hotel Los Ángeles» después de comer:

Me gusta la música. Bastante. De hecho, desde hace ya bastante tiempo he ampliado mi espectro musical a casi todos los registros. Estoy en contra del hermetismo en el que muchos se sumergen para parecer más auténticos y entregados a la causa de un estilo concreto. Cuando además, de un manera o de otra, quieres construir música de la nada, es básico nutrirse de todo, en mi caso con predilección por la música brasileña, soul, electrónica, etc.

 

Pero más allá de los estilos, si hay un artista que a su vez me parece un género en sí mismo es Quique González. Sencillo pero no empalagoso de humildad. Sonidos distintos, letras trabajadas pero fáciles de entender, ingeniosas, pero por encima de todo la particular historia de por qué lo sigo escuchando, de cuando empecé, de los dos conciertos, de «su día libre», de «salitre», de los momentos y de la nostalgia que a veces me invade entre anécdotas, sonrisas e historias ocultas en sus canciones. No soy capaz de imaginar según qué cosas si no existiese ese universo paralelo.

 

Me conformaba cuando estaba más o menos bien.

 

La canción de hoy: «Hotel Los Ángeles» – Quique González –

 

El coche de hoy: BMW Pininfarina Gran Lusso Coupé

Imagen

 

Albacete, Madrid, Murcia

Pasó por mi mente esta tarde, volviendo de Madrid:

Señor, si existes y tienes potestad de actuar, dame la oferta gastronómica de Madrid, la noche albaceteña y los grillos murcianos. Reúnelos todos y dime dónde queda ese paraíso, que llego enseguida.

 

La canción de hoy: «Rubias contra morenas»

 

El coche de hoy: Porsche 918 Spyder

Imagen

Imposible por naturaleza

Pasó por mi mente el (creo) domingo de la semana pasada:

Explico primero la conclusión, luego el motivo. 

La persona, agobiada por la creciente dificultad para resolver sus tareas y disfrutar del escaso tiempo libre que éstas le deja, es de natural selectiva con todo lo que le rodea, buscando aquello que es más acorde a su personalidad. Nada que objetar, pensándolo sin profundizar. La persona odia perder el tiempo viendo una película que no le satisface. La persona rechaza planes con terceras personas que no son afines a ella. La persona no continúa leyendo un libro que no le engancha desde el principio (aquí hablo de oídas, no soy el más indicado para hablar de lectura). En resumen, la persona sabe que los días pasan rápido y teme volver la vista atrás y descubrir que se perdieron cosas por estar en otras.

 

Bien, después de esta retahila de obviedades vacías de contenido – pero verdaderas como puños – tal vez debamos plantearnos que lo que parece antagónico a nosotros, lo que no nos encaja, lo que no confiamos que pueda llegar a buen puerto, a veces lo hace porque nuestro nivel de exigencia ajena (http://bit.ly/16kDmrc) es tan bajo y la calidad de lo que hallamos tan alto que el resultado final es increible. Por eso, a veces conviene dar oportunidades esporádicas a lo imposible, a lo que las personas pensarán que no tiene sentido. La sorpresa tal vez te recompensará igual que diez resultados esperados (estadísticas no oficiales…¿cómo lo van a ser???).

 

¿Y todo esto por qué? Pues por el tema del día. Un productor madrileño llamado Matías Matesanz, sin ningún atisbo de mainstream en su expediente, generando este mash up con las Spice Girls. Imposible antes. Increíble después. 

 

La canción del día: «Wannabe» – Matías Matesanz ft. Spice Girls

 

El coche del día: Ferrari F12

Imagen

Con nocturnidad y alevosía

Pasó por mi mente ahora mismo, con los ojos a pleno rendimiento:

A las 3.32 am y casi terminando ese humilde pero trabajado proyecto instrumental, hallo en el silencio un motivo de reflexión que me deja perplejo por su aparición espontánea. Grillos de los solares de Juan de Borbón, os echo de menos, cabrones.

La canción de hoy: «Get it lucky» – Daft Punk ft. Pharell Williams

El coche de hoy: Porsche 550 (imágenes de Additive Studios)

Imagen

Imagen

Casualidades

 

Pasó por mi mente hace mucho tiempo, probablemente en el siglo pasado. Hoy lo convierto en teoría…

Sé que es obvio pero si te quedas en lo superficial, en los hechos, igual no te has dado cuenta o, lo que es peor, crees que lo que voy a explicar no es cierto. Error. Sí que lo es.

Eso que los místicos denominan destino para mí es algo mucho más complicado y, por qué no decirlo, especial. Ese supuesto destino es una suma de infinitas casualidades, si entendemos la casualidad como un hecho que se dá teniendo previamente escasas probabilidades de que ocurre (definición inventada pero nada mal planteada, para qué negarlo).

Cada cosa que nos ocurre, antes de producirse, cuenta con una probabilidad mínima frente a otras de la misma naturaleza. Y eso que ocurre, si lo extrapolamos en como condicionamos con ello a nuestro entorno, provoca multitud de pequeñas casualidades que al final nos acaban llevando a un sitio, conociendo a unas determinadas personas, etc. Y todo porque cada acto se produce en un espacio temporal que afecta al espacio temporal de otras personas, no siendo el cerebro ajeno a estas variantes, por lo que se modifican las formas, la tensión, los estímulos y las sensaciones por el simple hecho de que, si en lugar de comer a las 14.00, lo haces a las 14.05 (ya tienes en ese intervalo un total de 60 segundos x 5 minutos: 300 probabilidades distintas de actuar cuando termines en función de cuando comiences) lo que ocurre a tu alrededor varía. La televisión, la cantidad de agua que bebes – estímulos – la interacción con terceras personas, etc. será distinto, pues no estamos programados, no somos ajenos y multitud de aspectos externos varían cada segundo.

Al final, lo importante de todo no es acostarte cada noche pensando en que la hora a la que te vas a la cama es casual por todo esto que he explicado (que lo es, cuidado), sino pensar que cada cosa aprendida, cada cualidad, cada defecto, cada sitio donde has estado, cada persona que has conocido, es una mera casualidad. Si además te gusta lo aprendido, quieres vivir en ese lugar, o congenias con algunas personas, será el momento de pensar que todo ello ocurre por algo*, aunque no importe el motivo.

*Esta frase un tanto lacónica creo que viene a desterrar todo lo dicho anteriormente. En cualquier caso, algunas contradicciones se atraen como los polos, y acaban formando teorías inventadas, como esta.

 

La canción de hoy: «Clin D’oeil» – Jazz Liberatorz –

 

El coche de hoy: Pagani Huayra

Pagani Huayra

Music!

 

Pasó por mi mente esta tarde, escuchando la canción del día (últimamente estoy unificando de escándalo los contenidos):

No voy a caer en la típica pregunta «¿Qué sería de nosotros sin la música?» porque es obvio que sería distinta, pero tal vez de no existir la música hubiésemos desarollado una habilidad alternativa como yo que sé, la magia, e igual seríamos capaces de teletransportarnos a nuestro antojo sin límite de distancia. Por tanto, ¿es la música la causante de la dependencia universal de los paises ricos en petróleo? No, realmente no lo creo.

Lo que realmente pasó por mi mente hace unas horas fue la dependencia de según qué sensaciones en función de la música. Recordar un mismo hecho o caer en utópicas ensoñaciones por varias notas, melodías, instrumentos y voces. No necesariamente pienso en el romanticismo que a algunos les provocan los temas de Pablo Alborán en las frías tardes de invierno, bombones y pañuelos. La misma intensidad emocional me provocan los Serbia al salir de la ducha que las instrumentales de Griffi mientras cocino un par de pechugas de pavo secas como cajas de cartón. La verdadera habilidad de la música está en que lo mismo que está siendo reproducido en una cabeza, tiene un color distinto si va con la música adecuada. La música es el payaso mimado de Mikolor. Mismo hecho, distinta emoción.

Como sé que algún día releeré esto y pensaré, ¿qué estás diciendo, Miguel? no está de más sacar a relucir la conclusión de todo esto, y es que, aunque parezca contradecir todo lo anterior, a veces la música no es necesaria para endulzar lo que ya sabe bien, siempre que el payaso de Mikolor sigue radiante aun cuando no haya música.

 

La canción del día: «Su día libre» – Quique González

 

El coche de hoy: Lamborghini 400 GT (1967)

1967-lamborghini-400-gt

Make my day happy

 

Pasó por mi mente ahora mismo, escuchando la canción del día (gracias FJSM):

Cuando se multiplican los flashbacks, las impresiones de haber estado ahí, cuando en circunstancias antagónicas se acaba volviendo al mismo escenario mental, cuando al abrir el garaje surge una sonrisa que evoca mil anécdotas y no es por ese coche en sí, cuando en la inagotable independencia existe un espacio latente, cuando los filtros de exigencia, de inconformismo ilimitado, de sensibilidades rectangulares y de lo que haya pasado por la mente sean tan altos como insuperables desde varios años atrás, cuando se admita la frialdad extrema como consecuencia de un antes y un después…cuando todo esto pasa, se hace imprescindible el control de los pasos y los impulsos, así como el momento de pensar, decidir y, sea cuando sea, actuar.

 

La canción de hoy: «Let me move you» – Jimi Hendrix –

 

El coche de hoy: Ferrari Dino 256 GT

Ferrari 246 Dino GT

The Beatles

 

Pasó por mi mente ayer, camino de Guardamar:

Que los Beatles fueran albaceteños. Lo diferentes que seríamos ahora. Turistas venidos de los rincones más insólitos del planeta solo para fotografiarse cruzando un paso de cebra, digamos, el de Tesifonte Gallego con la Calle del Tinte (Edificio Publiké). El Carlos Belmonte lleno hasta la bandera, cantando el «You’ll never walk alone» con tal pasión que se escucharía desde los bares del Campus.

Familias enteras viviendo de centros culturales dedicados a la famosa banda, museos, comercios temáticos, amigos de instituto llamados Juanfran McCartney o Llanos Lenon. Quesos y vinos D.O. The Beatles exportados a China y USA por cantidades astronómicas. Entes públicos tratanto de sobrevivir con los royalties derivados de su extensa producción musical y sus continuaciones. En definitiva, seríamos más que una ciudad «entre Madrid y la playa» para quienes no han estado o «una ciudad para salir por la noche y punto» para los que sí. Seríamos la ciudad de la banda más influyente de la historia. Senseless.

 

La canción de hoy: «Here comes the sun» – The Beatles –

 

El coche de hoy: Chevrolet Sting Ray (1963-67*)

Chevrolet Sting Ray (1963)

* En otra entrada, hablamos de Chevrolet STINGRAY, pero hasta 1969 no se unieron Sting y Ray en una sola, por lo que este modelo se escribe tal cual aparece arriba.

 

Cambio horario

 

Pasó por la mente de mi madre hoy, a las 14:28:

«Con esto del cambio de horario, llevo un descontrol tremendo».

Cambiaron la hora hace tres semanas.

 

La canción de hoy: «The invisible girl» – Parov Stelar Trio

El coche de hoy: Aston Martin DB5 (1963)

Aston Martin DB5 (1963)